Evocamos siempre algún electroshock. Un instante clave, que hace volcar las cosas. Este instante genera pasiones, ganas, y hasta sueños.
Todos hemos conocido, en algún momento, esta sensación.
Conocemos al dedillo las expresiones “más vale tarde que nunca” y también “no hay edad”. La historia es simple. Imaginemos un niño travieso, que desborda energía. ¿El único medio de canalizarlo? La práctica de “la pequeña reina”. Gracias a sus padres, desde los 6 años, Steve Chainel dará sus primeras pedaladas.
En paralelo, cojamos a un atleta profesional francés que se codea con los mejores del mundo en ciclo-cross. El ciclo-cross, esa disciplina técnica y explosiva, que os hace pasar de un camino de tierra al asfalto, pasando por charcos de agua. Ese es el día a día del ciclista Dominique Arnould.
Están ligados por el destino. Está aquí, el momento clave.
En 1993, el joven Steve a la edad de 10 años se acercó al profesional Dominique, recién campeón del mundo de ciclo-cross en Italia. Un autógrafo y una caricia en la cabeza más tarde, el chico ve su futuro cambiar. El típico gesto que marca un joven espíritu. Un movimiento que conmociona lo rutinario, y que transforma un deporte en pasión. Es ese día que hará cambiar radicalmente a Steve Chainel.
Es ese instante preciso, el cual marca su “switch” y que trazará el perfil de su carrera de ciclista profesional. Para hacer un “switch”, “no hay edad”.
A partir de aquí, el único objetivo de Steve es mejorar en la disciplina del ciclo-cross y de conquistar títulos, a imagen y semejanza de su ídolo.
El título de campeón de Francia le atrae en particular, y se convertirá en su gran sueño.
Pasa a profesional muy rápidamente, comienza a escalar posiciones, mejorando gracias a sus líderes de equipo. Hace malabarismo entre el ciclismo de carretera, y ciclo-cross en invierno.
Durante toda su carrera, se ha topado con un hueso duro de roer…el denominado Francis Mourey, el cual ostenta casi todos los trofeos a nivel nacional.
Sin ser tacaño en esfuerzo, Steve Chainel progresa, ganando pruebas y siendo tenaz en busca de su sueño: ser campeón de Francia.
Tocó decidir en su futuro…abandona el cicliso de carretera para consacrarse al 100% al ciclo-cross. Recoge toda su energía, sus contactos, y monta su propio equipo, bajo el nombre de Team Chazal-Canyon. Con éste equipo, recorre europa y el mundo entero para participar en las mejores carreras y atacar a los mejores ciclo crossman. La abnegación y la motivación son las claves para esperar su sueño.
“Mismo si nada es fácil, es necesario perseguir tu sueño y nunca abandonar…” confiesa el capitán de ruta Steve.
El 14 de Enero, Steve Chainel está bien concentrado: Los campeonatos de Francia se desarrollan en Quelneuc. No lo olvidará jamás…una caricia en la cabeza, el ídolo Dominique, el esfuerzo, la pasión de este deporte…este sueño por el que él trabaja desde tantos años…Al final de la tarde y después de 25 años de espera, el chico espera su último objetivo. El portará un maillot de ribetes azul-blanco-rojo. “Nunca es tarde”…
De ahora en adelante, Steve Chainel no será el joven admirador de Dominique Arnould. Los años han pasado, se ha endurecido, lo ha peleado… y sobre todo, nunca ha flojeado. Los roles son los mismos, pero los protagonistas han cambiado.
Ahora Steve es el gran líder francés del ciclo-cross, deporte por el cual ha dado tanto. Ha pasado de fan a ídolo para una generación entera. Es la prueba encarnada de la perseverancia, a pesar de las dificultades y el tiempo.
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